Un café con Azucena Bollullo
Sentada en la barra de nuestra cafetería y con su café solo, siempre con miel, sorprendimos a Azucena para charlar con ella sobre la estimulación acuática. La monitora es un gaditana humilde que abandonó la química para dedicarse a lo que más le gusta, la piscina y los niños. Desde que acabó TAFAD, (ciclo superior de actividad física y deportiva) su labor ha estado relacionada con la enseñanza acuática a los más pequeños. Tras pasar por diferentes piscinas, entre ellas la municipal, nada se compara como trabajar con la filosofía con la que lo hace Laura Peist.
Le apasiona lo que hace, lo demuestra porque no da ni un sorbo a la taza durante nuestra entrevista y su emoción se demuestra en la energía con la que nos cuenta como los bebés se enfrentan a los miedos en sus clases. Según Azucena la estimulación acuática motiva a la relación con otros bebés y niños, y los beneficios son grandísimos. Es importante comentar que gracias a esta actividad los bebés comienzan a descubrir mejor su tren superior y la coordinación de sus brazos es mucho mayor.
Para desarrollar esta actividad es muy importante que las piscinas que se utilicen estén acondicionadas. Las de nuestra casa son idóneas según la instructora. Los grados del agua no suelen bajar de los 30 ºC y el tratamiento de nuestras instalaciones, íntegramente salinas, es perfecto para la inmersión de los más pequeños de la casa.
La labor de Azucena no se aleja de nuestro hotel ni en invierno. Desde septiembre hasta junio se desarrollan los talleres de masajes infantiles. Durante cuatro semanas se enseña a los padres cómo tratar el cuerpo de su bebé. Cada semana se enseña a masajear una parte del cuerpo del hijo, pero no solo son clases prácticas también se abren debates y se guía a aquellos padres primerizos en los temas que desconozcan. “Es más que un taller de masajes, les damos a los padres el ‘manual de instrucciones’ para saber cómo funcionan sus hijos” destaca Azucena sobre su tarea.
Para la joven gaditana el Hotel Pinomar es como su casa, la tranquilidad de la que aquí se goza le ayuda para trasladar a los padres la importancia de dejar el estrés lejos de sus hijos. La conversación llegaba a su fin por motivos de su horario, podríamos habernos quedado escuchándola muchos minutos más. Nos despedimos con la sorpresa de que somos para ella algo más que un hotel donde trabaja, y eso nos enorgullece. Ella pidió calentar de nuevo su café y ahora está en nuestra piscina de actividades enseñando a los más pequeños a perder sus miedos al agua.
¡Sólo puedo daros las GRACIAS!
¡Hotel Pinomar increibles profesionales y mejores personas!